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Claves para mejorar la convivencia entre perros y gatos

Hay muchas maneras de gestionar de forma óptima la convivencia entre perros y gatos, pero si hay un momento clave en todo ello es la presentación de ambas mascotas.

Es cierto que, si uno de los dos es cachorro, la convivencia va a ser mucho más fácil y cómoda desde el principio, porque cuando los perros y gatos son adultos les cuesta más ceder o compartir y son más territoriales. Pero si uno de los dos es cachorro todo se convierte en algo más fácil y las jerarquías quedan mejor definidas entre ellos, sin generar ningún tipo de problemas, incluso la mascota de mayor edad podría acoger al cachorro como a su propio hijo.

¿Cómo podemos ayudar para que todo salga bien?

Es imprescindible que el ambiente sea cómodo y que permitas que se huelan y que se conozcan a su manera, siempre teniendo un ojo encima por si fuese necesario intervenir, para que este momento sea lo más natural y relajado posible.

Es aconsejable que los dos primeros días, el nuevo miembro de la familia no acceda a toda la casa, sino que sea gradual, empezando por estar en una o dos habitaciones e ir ampliando terreno, conforme vayan entendiéndose mejor, porque de alguna manera es como si el inquilino más antiguo vaya aceptándolo, poco a poco.

También es importante estar muy al tanto de que el nuevo inquilino respete las pertenencias del viejo inquilino, sobre todo cuando hablamos de comida o de lugar de descanso. Es recomendable que cada uno tenga claro su lugar, sabiendo que no puede ocupar el del otro hasta que claramente no se lleven muy bien.

La comida es importante que se ponga en estancias separadas, porque el hecho de comer juntos puede generar conductas de agresividad, posesivas e incluso peligrosas, por el miedo a que el otro le quite comida.

Poco a poco aprenderán a compartir y a entenderse y todo ello se irá viviendo con más naturalidad. ¡De hecho, se verá claramente cuando ya forman parte de la misma manada y cómo empiezan a “hablar» el mismo idioma!

Es importante también que los mimos sean equitativos y que cada una de las mascotas reciba tiempo de calidad con su familia, porque si prestamos mucha atención al nuevo miembro, esto podría desencadenar problemas de celos y derivar en conductas negativas, que no ayudarían a que fluyese buen ambiente entre ellos.

Cuando ya se han superado los primeros meses, en muchos casos es increíble la afinidad y la comprensión que se muestran entre perro y gato, conociendo los tempos y las necesidades de cada uno de ellos y la manera en la que pueden jugar o descansar, incluso, en la misma cama.

¡Si sigues estos consejos lograrás un vínculo precioso entre ambos!

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