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Perro, el mejor amigo del hombre desde la Prehistoria

Ya en la Prehistoria, los perros eran una pieza esencial en la vida de los humanos. Eran los mejores amigos del hombre, porque se habían convertido en fieles compañeros de trabajo durante la caza. Actuaban con cautela y profesionalidad para encontrar la presa y, gracias a su olfato, la velocidad y la inteligencia, se convertían en la mano derecha del humano. Los cazadores y recolectores trataban al perro como un igual, ya que además de ayudarles a encontrar presas convivía con ellos, cosa que no hacían con ningún otro animal. Para los humanos, el perro suponía una pieza clave en su vida, porque era un fiel compañero que además de hacerle siempre compañía, le protegía y le ayudaba a cazar alimentos muy bien valorados, como la carne de presa.

Lobos, el primer contacto del perro con el humano

Los humanos eran competencia directa de los lobos, ya que ambos buscaban las mismas presas y, por tanto, tenían un mismo objetivo para poder alimentarse y sobrevivir. Pero, con el tiempo, los lobos vieron que los humanos cocinaban las presas y dejaban algunos restos, de modo que decidieron esperar a que acabaran de comer para alimentarse con los restos de comida de los humanos y no tener que cazar, ni enfrentarse constantemente a la hambruna. Los lobos empezaron a dormir cerca de los humanos y comenzaron a unirse por un mismo objetivo, ya que ambos cazaban y podían compartir los alimentos, además de obtener la feroz protección de los lobos ante cualquier posible enemigo.

En este sentido, podemos decir que este fue el primer paso para que el lobo se transformara en el perro doméstico que hoy conocemos, aunque como todos sabemos, aún siguen existiendo lobos salvajes. El roce continuado de los lobos con los humanos es lo que hizo realidad la domesticación, que empezó con aquellos animales que eran más dóciles dentro de los de su especie.

Posteriormente a la época de cazadores, los humanos también evolucionaron a recolectores y ganadores, momento en el que los perros se mostraron como una gran ayuda para la guarda y defensa.

También existen evidencias de que los perros en la Antigüedad formaron parte querida dentro de las familias. Se han encontrado restos funerarios en los que habían humanos y perros (que incluso llevaban joyas). Las momias de perros encontradas, pertenecientes a la cultura egipcia, también corroboran este hecho.

Está claro que las cosas han cambiado y nuestras necesidades y hábitos no tienen nada que ver con entonces. Pero está claro que hay algo que no ha cambiado en absoluto y es el amor incondicional y el vínculo que tenemos con los perros, ya que la compañía, la fidelidad, la compenetración, el respeto, la protección y la ayuda que nos muestra el perro sigue siendo la misma que el primer día. Ahora conviven con nosotros y forman parte de nuestra familia, disfrutando de una mayor calidad de vida y de una mejor salud, teniendo las vacunas en regla. Les enseñamos una educación en positivo y no necesitan cazar para alimentarse, ya que existen opciones de comida natural para perros completamente adaptadas a sus necesidades en cada momento, como por ejemplo cuando son cachorros, cuando son adultos, cuando se han esterilizado, etc. De este modo, resulta más sencillo equilibrar su estado de salud y obtener una nutrición completamente personalizada y saludable.

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