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Los perros y la astenia primaveral

Con la llegada de la primavera los perretes también pueden sufrir cambios en el metabolismo, el cual tiene que adaptarse a las nuevas condiciones externas de esta estación para optimizar, así, el funcionamiento del organismo. Los perros también notan esta astenia primaveral por lo que es probable que estén más somnolientos o con menos apetito de lo habitual.

La primavera nos afecta a todos y es por ese motivo que hoy queremos explicarte de qué forma los perros la sufren, ya que están considerados uno de los animales más expuestos a las consecuencias de este cambio de estación.

Las alergias, proliferación de parásitos o intoxicaciones son algunos de los peligros que trae consigo la primavera. Los días se alargan y el sol calienta con más intensidad, nos adaptamos a un nuevo horario, tenemos más estornudos, picores de ojos, rinitis, tos… La subida de la temperatura y el hecho de que duren más las noches, invita a pasar más tiempo al aire libre y, por tanto, mayor exposición a insectos y bacterias, necesitando más protección, tanto interna como externa, con pipetas, collares y pastillas antiparasitarias.

El cambio climático y la contaminación también han hecho incrementar el número de animales con síntomas de alergia, de modo que también puede ser que tu peludo se rasque o estornude más de lo habitual, aunque no nos encontremos en un cambio de estación.

Recomendaciones para que tu perro se encuentre en plena forma

Te recomendamos acudir a un veterinario para hacer una revisión ante cualquier síntoma aparente de cambio de comportamiento repentino, para comprobar que todo esté bien y para reforzar su sistema inmune con algún complemento vitamínico. También puedes aprovechar la visita para que puedan recomendarte una comida natural para perros que pueda proporcionarle todo el aporte nutricional que necesita, teniendo en cuenta su edad, peso, condición física, necesidades especiales, tamaño, etc.

Los perros también pueden sufrir de alergias ambientales, a causa del polen, que les provocan conjuntivitis, asma, rinitis, picores… Ante el menor síntoma de molestia, es importante actuar rápido para que no supongan un problema que afecte a su buena calidad de vida.

Y además debemos estar muy atentos a la plaga de la procesionaria, y evitar que se acerquen a esta oruga que podría causar-les graves problemas de salud. En los paseos por el campo hay que prevenir y evitar el contacto con ella, ya que puede provocar reacciones alérgicas importantes en las zonas más desprotegidas del cuerpo, las que no tienen pelaje. Habitan en las copas de los pinos en unas bolsas blanquecinas. Mucha atención y ante la menor sospecha de picadura de procesionaria, ir rápidamente al veterinario.

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