Consejos para pasear a tu perro cuando llueve
La lluvia es vida que cae del cielo pero… cuando llueve y tienes que sacar a pasear al perro, puede que tu visión de este fenómeno atmosférico sea un poco distinta. No lo vamos a negar, que llueva es un fastidio para los propietarios de los perros, y para los propios perros también. Porque lluvia es igual a mojarse, empaparse los zapatos y las patas, luchar contra el paraguas, ensuciar el suelo de casa y olor a pelo de perro mojado.
Pero hay maneras de hacer que el paseo diario sea más agradable cuando llueve. Para ti y para él. Aquí van unos cuantos consejos que te ayudarán a hacer más llevadero el momento y otros tips para que la lluvia no sea un problema para la salud de tu perro.
7 consejos para salir a pasear a tu perro si está lloviendo
1. Prohibido no salir a la calle
No vale ni siquiera pensar en no salir a pasear al perro. Fuera pereza. Él lo necesita, no solo para hacer sus necesidades, sino también para caminar, correr, hacer ejercicio… El paseo es saludable, necesario e imprescindible para tu perro, no lo olvides nunca. Igual que lo es una buena alimentación para perros.
2. Infórmate sobre la previsión del tiempo
Puede que ahora llueva a cántaros, pero que dentro de un rato la cosa se calme un poco. O quizás no, pero en cualquier caso vale la pena perder dos minutos para mirar la previsión del tiempo en tu pueblo o ciudad. Retrasar o adelantar media hora o una hora el paseo de tu perro no es ningún trauma.
3. Equípate y equípale para la lluvia
¿Tú qué haces cuando llueve? Seguramente coges el paraguas. Pues estaría bien que tuvieras algún complemento para tu mascota, como un chubasquero o un abrigo impermeable que evite lo máximo posible que se quede empapado. Sobre todo, que sea de su talla y que no le resulte incómodo. Y para que tú tengas las manos libres y el paraguas no sea un incordio más que una ayuda, es posible que te sea más cómodo cubrirte con un buen chubasquero.
4. Y los pies, ¿qué?
Igual que tú te pones unas botas de agua o un calzado especial que soporte el agua, aunque te parezca excesivo, también existen botas especiales para razas que tienen las almohadillas extrasensibles (si quieres saber, aquí tienes información sobre las patologías más comunes de las almohadillas del perro). Pregúntale al veterinario si tu perro está dentro de ese grupo y si él te aconseja comprarle unas botas de agua. Ten en cuenta que el perro no estará cómodo y necesitará un tiempo para acostumbrarse a llevarlas, pero si ponérselas puede evitarle cualquier lesión, bienvenidas sean.
5. Busca un trayecto protegido de la lluvia
No siempre es posible, pero piensa en un recorrido que quede resguardado del agua. Y si tienes un parque con árboles cerca, piensa que sus ramas hacen de parapeto para las gotas de agua. Será más agradable para tu perro ¡y para ti!
6. Después de la lluvia, ¡no más agua!
La piel de tu amigo de cuatro patas no se lleva bien con un exceso de humedad. Por eso, si está lloviendo y ya se ha mojado durante el paseo, no tengas la tentación de darle un baño caliente. Lo ideal es que tengas una toalla absorbente, como las de microfibra, preparada para secarlo muy bien (quedarse mojado puede ser el inicio de un resfriado) nada más entrar en casa. Y si te preguntas: ¿puedo secarlo con secador? La respuesta es mejor que no. Porque seguramente a él le moleste tanto el ruido como el aire directo y porque podrías llegar a quemarle. Existen secadores especiales para perros y también bolsas de secado, que son una especie de monos que cubren el cuerpo del perro y se conectan a un secador de pelo a través de un tubo. El aire secará rápidamente el pelo de tu mascota y los pelos quedarán atrapados en el interior de la bolsa, lo que te ayudará a evitar las bolas de pelo en casa.
7. ¿Tu perro tiene miedo del agua?
Es oír la lluvia y esconderse para no salir a pasear. Puede que no le guste el agua, pero deberías trabajar para revertir esa actitud. Siempre de manera positiva, para que el perro no asocie el paseo a una especie de castigo o una experiencia negativa para él. Si no sabes cómo hacerlo, busca consejo en un veterinario o un educador de perros. Y también puedes recurrir al “premio” tras el paseo, siempre que sea un snack saludable y con ingredientes naturales y nunca como sustituto de una alimentación sana, natural y equilibrada.
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