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¿Cómo y cuándo bañar a un gato?

¿Cómo y cuándo bañar a un gato?

Los gatos tienen un ritual propio de aseo diario, pues de manera instintiva limpian su pelaje constantemente, gracias a la forma y la textura específica de su lengua, que es capaz de retirar la suciedad de manera muy eficaz.

Por eso no es necesario bañar a un gato, al menos como haríamos con un perro, como medida de higiene habitual. ¿Significa eso que no podemos bañar a nuestro gato? Tampoco. Claro que podemos bañarlo, sobre todo si se ha ensuciado más de lo normal, por ejemplo con el fango, ya que para él sería difícil de limpiar.

¿Cada cuánto se recomienda bañar a un gato?

En principio, no hay que hacerlo a menos que sea imprescindible. Los baños frecuentes pueden alterar el pH de su piel y el equilibrio en aceites esenciales que la mantienen hidratada. Por eso, a no ser que no haya otra opción, es mejor no bañarlo.

Pero, para que el día que necesites bañarlo él ya esté familiarizado con el agua y todo sea más fácil (para él y para ti), conviene que lo acostumbres desde pequeño a un baño de vez en cuando. Bañar un gato bebé siempre será más fácil (ya solo por tamaño, será más manejable) que bañar a un gato adulto que no esté habituado. No hay una periodicidad concreta, pero no se recomienda más de una vez cada 4 o 5 semanas.

Existe la creencia popular que los gatos odian el agua. No es 100% cierto. De hecho, muchos gatos disfrutan mucho jugando con el agua (las redes están llenas de vídeos de gatitos que se divierten con el grifo o la manguera), como los Van turco, los Bosque de Noruega, los Maine Coon y los Manx. Los gatos Siberianos, además, son excelentes nadadores.

Cómo completar la higiene diaria de tu gato

Como decíamos, los gatos se limpian solos. Pero tú puedes ayudar a tu mascota cepillando regularmente su manto de pelo, especialmente si es un gato de pelo largo o semilargo. Con un cepillado suave, eliminarás parte del pelo que le ha caído y evitarás que se formen bolas de pelo en su estómago. También es importante proporcionarle una comida natural para gatos que le ayude a eliminar parte de las bolas de pelo que se acumulan en su estómago a través de las heces.

Consejos para bañar a un gato

Una cosa es jugar con el agua… y otra muy distinta es que le des un baño. Que le mojes entero, que le pongas jabón, etc. Si le acostumbras a bañar de bebé, realiza baños cortos y aprovecha el momento para jugar con él. Así se sentirá cómodo y a gusto, y de mayor no le pillará por sorpresa.

Además, el baño te ayudará a limpiar y sanear su pelo y piel, y a retirar células muertas, exceso de pelo y bacterias.

  • Ten paciencia y sé mimoso durante el baño. Los movimientos bruscos podrían asustarle.
  • Utiliza la bañera o un recipiente adecuado, ajustado al tamaño del gato. Es importante que la base no le resulte resbaladiza, le podría causar sensación de inseguridad.
  • Pon el agua a una temperatura adecuada. Debe estar tibia, a unos 30º.
  • Usa un champú específico para gatos, que respete el pH de su piel y que sea adecuado a su tipo de pelaje.
  • Ten especial cuidado con sus oídos y evita que les entre agua, porque podría derivar en otitis o tapones en los oídos. 
  • Para secarlo es recomendable emplear una toalla suave y esponjosa (si puedes tenerla caliente, mejor) y secarlo a toques, sin frotar demasiado. En invierno, puedes usar un secador, aunque a la mayoría de gatos el ruido y el aire directo les molesta mucho.
  • El baño es un buen momento para completar su aseo: uñas, ojos, oídos y cepillado… Será un tiempo de tranquilidad con él, ideal para establecer vínculos de cariño, hacer que confíe en ti y se sienta aliviado, relajado… ¡Y mimado!

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