14 alimentos tóxicos para tu perro
Hay ciertos alimentos y sustancias que son nocivas para la salud del perro. Algunas pueden provocarle malestar, vómitos y diarrea. Pero otras pueden llegar a ser mortales para él.
Así que es necesario que tengas presente qué puede comer y qué no debe comer tu perro, nunca y bajo ningún concepto. Aunque el consejo es que elijas la mejor alimentación para tu perro y que no le des ningún otro tipo de alimentos, por más que te pida y te reclame que le des de la tuya. Es difícil, pero piensa que es lo mejor para su salud y su buen estado general.
Alimentos prohibidos para los perros
1. Chocolate
Las semillas de cacao contienen una toxina altamente peligrosa para la salud de tu perro. Así que cualquier producto que tenga chocolate (es decir no solo el chocolate en tableta, sino una galleta o un yogur) puede hacerle mucho daño. La ingestión en cantidades excesivas puede causarle vómitos, diarrea, convulsiones y podría llegar a morir.
2. Cebolla
También es tóxica para tu mascota. Por eso hay que tener especial cuidado si le das alguna sobra de tu comida, pues suelen incluir este ingrediente. Tanto da si está cruda, cocinada, en polvo… la cebolla contiene sulfóxidos que atacan los glóbulos rojos provocando anemia. También libera una sustancia que afecta el buen funcionamiento de los riñones.
3. Lácteos con lactosa
El sistema digestivo de los perros no es capaz de digerir la lactosa, así que les puede provocar flatulencias, diarrea o vómitos. Leche, queso, yogures… son alimentos que no debería tomar un perro, aunque si no contienen lactosa no tienen por qué hacerle daño.
4. Uvas y pasas
También son altamente perjudiciales, y en su caso no hace falta que tomen una gran cantidad para que tengan diarrea y dolor intestinal, que derivará en insuficiencia renal.
5. Patata cruda
Si la cocinas, hervida o al vapor, no representa ningún peligro para tu perro. Pero el almidón de la patata cruda no se digiere y puede causarle gastroenteritis.
6. Café y té
Son dos bebidas que afectan al sistema nervioso central y resultan tóxicos para tu amigo.
7. Alcohol
Los perros no toleran bien el alcohol y su ingesta podría derivar en un peligroso coma etílico.
8. Huesos cocinados
Se rompen con más facilidad que los crudos y se astillan. Podrían clavarse en su garganta o perforar el intestino. Las raspas de los pescados también se deben evitar.
9. Aguacate
Especialmente el hueso y las hojas, que contienen una toxina perjudicial para el perro.
10. Semillas de frutas
Por ejemplo, de manzana que, al descomponerse, libera cianuro. Otras semillas más grandes, como las de ciruela o melocotón, podrían obstruir la laringe.
11. Nueces y frutos secos
Su alto contenido en fósforo puede provocarles cálculos de vejiga, dolor en músculos y articulaciones, debilidad y vómitos.
12. Setas
La mayoría contienen toxinas peligrosas para los perros, incluso las que sí podemos comer los humanos.
13. Azúcar y sal
El primero puede ser causa de obesidad, diabetes y problemas en la visión. Y la segunda, deshidratación en el mejor de los casos.
14. Levadura
Pan, bollos y dulces que contengan levadura, pues es tóxica para los perros y puede causarles gases y problemas respiratorios.
Cuidado con las plantas
Si tienes una terraza, un jardín o un patio, o si vives en el campo rodeado de naturaleza, debes tener en cuenta que muchas plantas pueden ser tóxicas para los perros y provocarles vómitos, diarrea e incluso problemas de salud más graves e irreversibles.
Algunas de las plantas más comunes en nuestras casas son la hiedra, el potos, el aloe, el ciclamen, la adelfa, el espatifilo, la cica, la costilla de Adán, el narciso, la azalea, las hortensias, los geranios… Y todas son tóxicas para tu perro. Tenlo en cuenta, ponlas lejos de su alcance si es posible y si no, vigílale de cerca y enséñale que no debe mordisquearlas.
¿Qué hacer si tu perro ha comido algo tóxico?
Tanto si estás seguro como si crees que tu perro puede haber comido algo tóxico en cantidades suficientes para causarle algún problema de salud, llévalo de inmediato al veterinario. Él sabrá valorar su estado y actuar en consecuencia. Provocar el vómito al perro también es una opción, pero no siempre es fácil conseguirlo.
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