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Consejos para educar a un gato

Al hablar de adiestramiento siempre pensamos en un perro. Tenemos la idea de que un gato siempre va por libre y que no va a hacernos caso si intentamos entrenarlo.

Es verdad que los gatos tienen un comportamiento más independiente que los perros pero, a través de la paciencia, el cariño y el refuerzo positivo seguro que también puedes educar a tu gato. Y conseguir marcar pautas o rutinas que os permitan convivir mejor.

Cuando el gato vea que siguiendo estas normas obtiene un mayor bienestar, te aseguramos que el proceso de adiestramiento será realmente efectivo. Eso sí, debes llevar a cabo un refuerzo positivo, basado en el reconocimiento cariñoso, premios o suaves palabras y caricias. Así seguro que tu gato estará dispuesto a seguir aprendiendo a tu lado y consiguiendo nuevos retos que le proporcionen beneficios.

Antes de empezar el adiestramiento

Es importante entender la psicología de los gatos para saber cómo piensan y entender mejor su comportamiento.
Como especialistas en el mundo animal, podemos decirte que para que un gato aprenda normas básicas es importante que esté socializado y acostumbrado a las personas, ya que un gato salvaje costará que aprenda a seguir ciertas pautas.

Los felinos son animales territoriales, cariñosos, independientes y también tienen ciertas necesidades y prioridades en sus rutinas.

Si un gato tiene sus necesidades básicas cubiertas, es más fácil que tenga un buen estado de ánimo para jugar y también para aprender. ¿Y cuáles son esas necesidades básicas?

  • Estar bien alimentado y que le guste su comida. Descubre cuál es la mejor alimentación para tu gato.
  • Tener la comida y el arenero claramente separados y siempre limpios.
  • Tener agua limpia y fresca a su disposición.
  • Disponer de cobijos a diferentes alturas por la casa, para subirse o esconderse cuando busque tranquilidad y comodidad.

4 tips básicos para educar a un gato

Existen unas reglas básicas para educar a tu gato que no son difíciles de seguir. Si las ejecutas adecuadamente, vas a obtener resultados de inmediato.

  1. Utilizar siempre la misma palabra para cada acción, así como los mismos gestos y el mismo tono. Si, no, ven, stop… son algunos ejemplos. Elige palabras cortas.
  2. Aplicar la norma en el momento adecuado. Por ejemplo, hacerle entender que no puede romper algo justo cuando lo acaba de romper. Si lo intentas al cabo de unas horas, no te va a entender.
  3. Utilizar premios. Si quieres enseñarle a venir contigo cuando le llames, para que responda a tu llamada puedes escoger una golosina o juguete que le guste, como un premio comestible o un ratón con cascabel, por ejemplo. Mientras se lo enseñas llámale y dale la recompensa rápidamente, dejando que olisquee y luego felicitándolo por haber venido. Es recomendable repetirlo dos o tres veces y después parar, para que no se canse e ir repitiéndolo en días distintos hasta que realmente haya integrado esta asociación.
  4. Establecer signos. Puedes enseñarle a que te haga una indicación cuando quiera ir al arenero, cuando le falte agua o comida, cuando quiera salir al exterior… Así vuestra comunicación será mucho más efectiva.

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