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¿Cómo afecta el sol a los gatos?

Como amantes de los felinos seguro que os habéis fijado que muchas veces, durante el invierno, se ponen al sol o cerca de objetos que les aportan calidez. Y eso se debe a que el sol es necesario para los gatos, del que obtienen la vitamina D, buena para los huesos y la osteoporosis. Es una vitamina antidepresiva que aporta muchos beneficios para su organismo, Sin embargo, la mayor parte de esta vitamina no la obtienen del sol sino a través de la comida, de modo que es necesario elegir una comida natural, específica para ellos, que sea equilibrada y que cubra sus necesidades nutricionales.

Lo que sí necesitan los gatos es calor para dormir, siempre buscan una fuente de calor porque cuando duermen su temperatura baja y así tratan de compensar ese calor que pierden. Aunque los gatos de pelo corto necesitan aún más calor que los de pelo largo, todos van en busca del calor y la calidez, sobre todo en invierno.

Durante el verano es importante que no se expongan al sol directo, porque podrían quemarse las puntas de las orejas, el hocico, las almohadillas y la barriga, es decir, aquellas zonas que no están protegidas por el pelaje. Por ello, es recomendable que tengan lugares frescos para resguardarse, con una buena ventilación, y que siempre tengan acceso a agua limpia y fresca.

En cuanto al agua, es recomendable cambiarla dos veces al día para que no se sobrecaliente en verano, ni se ensucie. También puedes optar por añadir un cubito de hielo o bien comprar una fuente en la que no deje de circular el agua y la mantenga fresca todo el día.

Siempre puedes bañar a tu gato para ir regulando su temperatura y que reciba un poco de frescor en su cuerpo, sobre todo en las horas más calurosas del día.

Cepillar a tu gato y cortarle un poco el pelo del lomo o de la barriga puede ayudarle mucho a refrescarse, porque cuando se estira en el suelo notará más frescor.

Durante el verano, harás muy feliz a tu gato si le permites beber agua del grifo, ya que él sabe que siempre sale fresca y limpia, de modo que resultará un auténtico placer para él.

Si no quieres cortarle el pelo siempre puedes refrescarle por partes, en las axilas, las almohadillas, la barbilla, la tripa…

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