¿Cómo afectan los cambios de temperatura a tu perro?

Los cambios de estación no solo afectan nuestro día a día, también tienen un impacto directo en la salud, el comportamiento y el bienestar de nuestros perros.

Ya sea el paso del calor al frío o los altibajos de temperatura en un mismo mes, el organismo de tu peludo puede verse alterado de muchas maneras: desde variaciones en su energía y apetito hasta la aparición de problemas de salud más serios.

A continuación, te contamos cómo afectan estos cambios y qué puedes hacer para cuidar de tu compañero durante todo el año.

Cambios de temperatura y su efecto en el organismo del perro

El clima influye en el cuerpo de los perros más de lo que parece. Las subidas y bajadas bruscas de temperatura alteran su metabolismo, su sistema inmune y hasta su estado de ánimo.

Además, el cambio climático ha hecho que los inviernos sean más cálidos y húmedos de lo habitual, y eso también tiene consecuencias. El aumento de la humedad puede generar problemas como:

• Otitis e infecciones en los oídos
  
• Dolores articulares y artrosis en perros mayores o sensibles
  
• Cambios de conducta como apatía, somnolencia o irritabilidad
  

Y como si fuera poco, estos desequilibrios pueden debilitar sus defensas, haciéndolos más propensos a resfriados, constipados y otras afecciones respiratorias.

Nuevas amenazas: insectos y parásitos que antes no estaban aquí

Uno de los efectos más preocupantes del calentamiento global es la presencia de parásitos que antes no existían en nuestro entorno. Debido al aumento de las temperaturas, mosquitos y moscas invasoras han llegado a España trayendo consigo enfermedades peligrosas como:

• Dirofilaria (gusano del corazón)
• Thelazia (gusano ocular)
  

Estas patologías pueden comprometer seriamente la salud de tu perro y se transmiten a través de picaduras. Por eso, la prevención es más importante que nunca.

¿Qué puedes hacer para proteger a tu perro?

Estimula su actividad física

Anímalo a jugar, sal a pasear con él a diario y mantén una rutina de movimiento constante. La actividad física ayuda a mantener fuerte su sistema inmunológico y su salud emocional.

Importante: en días de calor o frío extremos, evita salir en las horas más críticas (al mediodía en verano, al amanecer en invierno).

Adapta su espacio de descanso

Su cama debe adaptarse a la estación:

• En verano: ligera, transpirable y colocada en zonas frescas y ventiladas.
• En invierno: más mullida, aislada del suelo y protegida del frío o la humedad.

Pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en su descanso y recuperación.

Cuida sus almohadillas

El suelo caliente o el frío extremo puede dañar sus almohadillas. Revísalas con frecuencia, hidrátalas con productos adecuados y protégelas en paseos exigentes.

Refuerza la desparasitación

No bajes la guardia: los parásitos están presentes todo el año, aunque sean más visibles en primavera y verano.
Desparasita de forma regular con pastillas, collares, pipetas o champús específicos según las recomendaciones de tu veterinario.

Respeta sus ciclos naturales de luz y descanso

Los cambios en la duración del día afectan su reloj biológico. Algunos perros se muestran más activos, otros más dormilones. Ajusta sus rutinas y respeta sus momentos de reposo, sobre todo cuando anochece más temprano o amanece tarde.

No todos los perros son iguales

El impacto del clima también depende mucho de la raza y tipo de pelaje. Por ejemplo:

• Huskies o San Bernardos están adaptados al frío y lo toleran bien.
• Razas pequeñas o de pelo corto como el Chihuahua o el Pinscher pueden sufrir mucho con las bajas temperaturas.

Cada perro es un mundo, y como tutores debemos observar cómo reacciona el nuestro ante los cambios. Presta atención a su comportamiento, energía, apetito y estado del pelaje. Ante cualquier duda, consulta con tu veterinario.